El Agua
El agua, al mismo
tiempo que constituye el líquido más abundante en la Tierra, representa el
recurso natural más importante y la base de toda forma de vida.
No es usual encontrar
el agua pura en forma natural, aunque en el laboratorio puede llegar a
obtenerse o separse en sus elementos constituyentes, que son el hidrógeno (H) y
el oxígeno (O). Cada molécula de agua está formada por un átomo de oxígeno y
dos de hidrógeno, unidos fuertemente en la forma H-O-H.
En nuestro planeta
las aguas ocupan una alta proporción en relación con las tierras emergidas, y
se presentan en diferentes formas:
- mares y océanos, que contienen una alta concentración de sales y que llegan a
cubrir un 71% de la superficie terrestre;
- aguas superficiales,que comprenden ríos, lagunas y lagos;
- aguas del subsuelo, también llamadas aguas subterráneas, por fluir por
debajo de la superficie terrestre.
Desde los mares, ríos, lagos, e incluso desde los
seres vivos, se evapora agua constantemente hacia la atmósfera, hasta que llega
un momento en que esa agua se precipita de nuevo hacia el suelo. De esta agua
que cae, una parte se evapora, otra se escurre por la superficie del terreno
hasta los ríos, lagos, lagunas y océanos, y el resto se infiltra en las capas
de la tierra, y fluye también subterráneamente hacia ríos, lagos y océanos.
Esta agua subterránea es la que utlizan los vegetales, los cuales la devuelven
después de nuevo a la atmósfera.
Como observamos, al
volver el agua a la atmósfera se completa un ciclo, que se denomina
De esta manera la
naturaleza garantiza que el agua no se pierda y pueda volver siempre a ser
utilizada por los seres vivos.
Importancia
del agua para la vida. La vida en la
Tierra ha dependido siempre del agua. Las investigaciones han revelado que la
vida se originó en el agua, y que los grupos zoológicos que han evolucionado
hacia una existencia terrestre, siguen manteniendo dentro de ellos su propio
medio acuático, encerrado, y protegido contra la evaporación excesiva.
El agua constituye
más del 80% del cuerpo de la mayoría de los organismos, e interviene en la
mayor parte de los procesos metabólicos que se realizan en los seres vivos.
Desempeña de forma especial un importante papel en la fotosíntesis de las
plantas y, además, sirve de hábitat a una gran parte de los organismos.
Dada la importancia
del agua para la vida de todos los seres vivos, y debido al aumento de las
necesidades de ella por el continuo desarrollo de la humanidad, el hombre está
en la obligación de proteger este recursos y evitar toda influencia nociva
sobre las fuentes del preciado líquido.
Es una práctica
acostumbrada el ubicar industrias y asentamientos humanos a la orilla de las
corrientes de agua, para utilizar dicho líquido y, al mismo tiempo, verter los
residuos del proceso industrial y de la actividad humana. Esto trae como
consecuencia la contaminación de las fuentes de agua y, por consiguiente, la
pérdida de grandes volúmenes de este recurso.
Actualmente, muchos
países que se preocupan por la conservación, prohiben esta práctica y exigen el
tratamiento de los residuos hasta llevarlos a medidas admisibles para la salud
humana.
Es un deber de todos
cuidar nuestros recusos hidrológicos, así como crear la conciencia de que el
agua es uno de los recursos más preciados de la naturaleza, por el papel que
desempeña en la vida de todos los seres vivos.
La Atmósfera
La atmósfera es una
capa gaseosa que rodea el globo terráqueo. Es transparente e impalpable, y no
resulta fácil señalar exactamente su espesor, ya que no posee una superficie superior
definida que la limite, sino que se va haciendo menos densa a medida que
aumenta la altura, hasta ser imperceptible.
La atmósfera está
formada por varias capas concéntricas:
- las capas bajas, que no mantienen una altura
constante, y a las que se denomina troposfera y estratosfera;
- las capas altas, a las que se da el nombre de ionosfera y exosfera.
Los gases
atmosféricos forman la mezcla que conocemos por aire. En las
partes más inferiores de la troposfera, el aire está compuesto principalmente
por nitrógeno y oxígeno, aunque también existen pequeñas cantidades de argón,
dióxido de carbono, neón, helio, ozono y otros gases. También hay cantidades
variables de polvo procedentes de la Tierra, y vapor de agua.
El oxígeno forma
aproximadamente el 21% de la atmósfera, y es el gas más importante desde el
punto de vista biológico. Es utilizado por los seres vivos en la respiración,
mediante la cual obtienen la energía necesaria para todas las funciones
vitales; también interviene en la absorción de las radiaciones ultravioleta del
Sol que, de llegar a la Tierra en toda su magnitud, destruirían la vida animal
y vegetal. La atmósfera es también la fuente principal de suministro de oxígeno
al agua, y entre ambas se establece un intercambio gaseoso continuo.
Este proceso de
intercambio de oxígeno en la biosfera recibe el nombre de ciclo del
oxígeno y en él intervienen las plantas, como fuentes
suministradoras de oxígeno a la atmósfera, y los seres vivos, incluyendo las
propias plantas, como utilizadores de este gas.
No hay dudas de que
la atmósfera constituye un recurso natural indispensable para la vida, y se
clasifica como un recurso renovable. Sin embargo, su capacidad de renovación es
limitada, ya que depende de la actividad fotosintética de las plantas, por la cual
se devuelve el oxígeno a la atmósfera. Por esta razón, es lógico pensar que de
resultar dañadas las plantas, por la contaminación del aire o por otras
acciones de la actividad humana, es posible que se presente una reducción del
contenido de oxígeno en la atmósfera, con consecuencias catastróficas para
todos los seres vivos que lo utilizan.
El hombre, en su
incesante avance científico-técnico, debe tomar las medidas adecuadas para que
su propio desarrollo no haga a nuestra atmósfera víctima de la contaminación.
Solamente con una política planificada y consecuente es posible reducir tan
terrible mal, y evitar a las futuras generaciones las peligrosas consecuencias
que este puede implicar.
El humo procedente de
las industrias o de la combustión que se lleva a cabo en otros lugares, así
como el polvo, son agentes contaminantes de la atmósfera, los cuales enrarecen
el aire y afectan la salud del hombre y de los seres vivos en general.
Como puede verse, la
contaminación del aire afecta varios factores del ambiente:
- Las plantas pueden ser dañadas por los agentes
contaminantes, especialmente el dióxido de azufre (SO2), el
cual blanquea las hojas y afecta las cosechas.
- Existen evidencias de que la contaminación del
aire está asociada con enfermedades de tipo respiratorio, incluyendo
bronquitis crónica, asma bronquial, etc.
- El aire contaminado corroe los metales, las
telas se debilitan y se destiñen, el cuero se hace más débil y más
brillante, la pintura se decolora, las piezas de mármol y otras piedras se
ennegrecen y se hacen más frágiles.
Otra forma de
contaminación del aire son los olores en general, pues aún cuando sean
agradables inicialmente, pueden convertirse en molestos e inconvenientes,
ocasionando al hombre malestar y dolores de cabeza.
Dentro de las principales
fuentes de producción de olores, aparte de la actividad industrial y el tráfico
automotor, se encuentran:
- las aguas albañales y los desechos,
- los corrales de animales,
- las quemas de residuos industriales,
domésticos, etc.,
- la descomposición de basuras por acumulación
de residuos.
Todas las formas de
contaminación del aire son producto de fuentes muy variadas que pueden ser
estacionarias o móviles:
Estacionarias
|
industrias
|
construcción, demolición
|
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quemas
|
|
Móviles
|
transporte
|
La contaminación
influye directamente sobre la salud del hombre y en el deterioro de sus
recursos naturales, por lo que deben aplicarse las medidas necesarias para
disminuir los efectos.
El Suelo
Uno de los
principales recursos que brinda la naturaleza al hombre es el suelo, ya que en
él crecen y se desarrollan las plantas, tanto las silvestres como las que se
cultivan para servir de alimento al hombre y los animales.
La formación de los
suelos depende de un largo y complejo proceso de descomposición de las rocas,
en el cual intervienen factores físicos, químicos y biológicos. La interacción
de estos, como factores ecológicos, provoca la desintegración de los minerales
que, unidos a los restos de animales y plantas en forma de materia orgánica,
originan el suelo.
Los seres vivos
intervienen en la destrucción de la roca madre y, además de los agentes
climáticos, toman parte en la mezcla de sustancias del suelo, en su
distribución horizontal, y añaden a éste materia orgánica. Las sustancias de
desecho de animales y vegetales, así como los propios cuerpos de estos al
morir, son las únicas fuentes de materia orgánica del suelo, la cual
proporciona a éste algunos componentes esenciales, lo modifica de diferentes
modos, y hace posible el crecimiento de fauna y flora variadas, que de otra
manera no podrían existir.
Además, la materia
orgánica incorporada al suelo almacena mayor cantidad de energía, obtenida del
Sol por la fotosíntesis, que la materia inorgánica a partir de la cual se
sintetizó. Por consiguiente, los seres vivos contribuyen a la formación del
suelo aportando no solo materiales, sino también energía, tanto potencial como
cinética.
La presencia de
distintos tipos de minerales, las variaciones climáticas, la altura sobre el
nivel del mar, la latitud geográgica y otros factores, determinan una gran
variabilidad de los suelos, la cual se manifiesta en las características
físicas y químicas de estos.
Otros fenómenos que
se presentan en los suelos son el exceso de acidez y salinidad, los cuales
imposibilitan la utilización óptima de los suelos.
Para evitar la
degradación de los suelos es necesario:
- Restituirles, por medio de la fertilización,
los nutrientes que van siendo extraídos por las plantas o que son
arrastrados por las aguas.
- Evitar las talas y los desmontes desmedidos,
así como las quemas, fundamentalmente en las laderas.
- Preparar los surcos, en zonas de alta
pendiente, en forma perpendicular a estas, de manera que el agua, al
correr, no arrastre el suelo.
- Proporcionar al suelo la cobertura vegetal
necesaria para evitar la erosión.
- Evitar la contaminación que provoca el uso
indiscriminado de productos químicos en la actividad agrícola.
Los Recursos Marinos
El océano desempeña
un papel de enorme importancia en la vida de la humanidad. Todo parece indicar
que el medio marino primitivo fue el medio idóneo favorable al surgimiento de
la vida, al ser éste donde se constituyeron las primeras células. El agua ocupa
casi el 71% de la superficie de la Tierra.
Ya en la comunidad
primitiva el hombre usaba los recursos biológicos del mar para el consumo.
Actualmente, en la medida en que el desarrollo científico-técnico se hace más
efectivo, las posibilidades de explotación del mar han aumentado, al contarse
con nuevos recursos que hasta ahora eran desconocidos.
El océano mundial
adquiere cada vez más importancia como fuente de recursos alimenticios. En sus
aguas habitan cerca de 180,000 especies de animales; entre ellas, alrededor de
16,000 variedades de peces. También habitan aproximadamente 10,000 especies de
plantas, que son indispensables en las cadenas alimentarias de los habitantes
marinos. Por todo esto, el océano ofrece no solo riqueza de carnes, sino
también otros recursos, como la harina de pescado, con un alto contenido de
aminoácidos, vitaminas y otros elementos que pueden ser utilizados en la
alimentación del ganado y las aves de corral, e, indirectamente, en la
alimentación del hombre.
Constituyen también
un recurso valioso las algas marinas, las cuales son de utilidad en la
elaboración de papel, cartón, cola, alcohol y levaduras. De ellas también se
obtiene, gracias a la alta concentración de potasio que poseen, abonos muy
valiosos.
Pero el océano, con
su enorme extensión, no es fuente tan solo de alimentos. Debajo de las aguas
existen recursos tan importantes para el hombre, como petróleo y gas, y de
ellas es fácil obtener un alto número de elementos, tales como magnesio, bromo,
boro, uranio, cobre, etc. La sal común, tan necesaria para la humanidad, es
obtenida directamente del mar.
Las aguas del océano
y sus microorganismos, que aumentan y varían de acuerdo con las condiciones
ambientales, pueden disolver, descomponer y eliminar los desechos nocivos
producto de la industria, el transporte y otras actividades del hombre, o sea,
de autopurificarse y restablecer el medio. Así ha ocurrido a lo largo de toda
la historia de la humanidad y así continuará siendo.
Existen varios
métodos para la obtención de energía a partir de mares y océanos; entre ellos
se encuentran la construcción de obras hidrotécnicas para centrales eléctricas
mareo-motrices, y de instalaciones submarinas para "extraer" la
energía térmica solar. Mediante estas instalaciones se utiliza el enorme potencial
energético que poseen las aguas marinas, como son sus mareas regulares, el
continuo movimiento de las olas superficiales y relativamente profundas y la
capacidad del océano de acumular el calor del Sol, todo en beneficio del
hombre.
El océano mundial
como medio de transporte utilizado desde hace muchos siglos, ha adquirido en
nuestros días dimensiones gigantescas. Los océanos y mares no solo separan los
continentes, sino que, al ser un medio natural de gran utilidad para el
transporte de grandes cargamentos, vinculan de forma efectiva unos países con
otros, mediante un tráfico incesante que crece de año en año.
Aparte de estos usos
que hemos mencionado anteriormente, el agua de mar se utiliza directamente en
la industria con otros fines, como por ejemplo, en el enfriamiento de las
calderas de grandes industrias. Además, en estos momentos ya existen
procedimientos para la desalinización del agua de mar con el fin de utilizarla
como agua potable.
Las arenas
constituyen también un recurso de gran utilidad para la construcción, aunque,
como todo recurso, su uso debe ser racional, ya que su explotación en lugares y
cantidades inadecuados, puede afectar el flujo de arena de las playas y, por lo
tanto, deteriorar estos lugares de recreación de la población y del turismo.
La Flora y la Fauna
La flora y la fauna
representan los componentes vivos o bióticos de la naturaleza,
los cuales, unidos a los componentes no vivos o abióticos, como el
suelo, el agua, el aire, etc., conforman el medio natural.
Entre la flora y la
fauna existe una dependencia muy estrecha, basada en leyes naturales que rigen
la estructura y funciones de las asociaciones de seres vivos.
Las relaciones de
alimentación, o relaciones tróficas, determinan las llamadascadenas
alimentarias, en las cuales los animales herbívoros (los
que se alimentan de plantas y otros organismos vegetales) constituyen el
alimento básico de otros grrupos de animales que, a su vez, servirán de
alimento a otros.
Esto trae como
consecuencia que la disminución en número o la desaparición de uno de estos
eslabones de la cadena, por causas naturales o por la influencia del hombre,
ponga en peligro todo el sistema, al romperse el equilibrio que caracteriza las
relaciones entre el medio biótico y abiótico de la naturaleza.
Por esta razón, el
hombre debe estudiar las relaciones y las leyes que determinan este equilibrio,
y convertirse en su máximo protector, ya que, en sentido general, todas las
afectaciones que sufre el medio natural repercuten de uno u otro modo sobre él.
La flora y la fauna
representan recursos naturales renovables, de gran importancia para el hombre.
De la flora proviene una gran parte de los alimentos y medicamentos, así como
la materia prima para la industria textil, maderera y otras.
A través del tiempo,
el hombre, en su lucha por dominar la naturaleza, aprendió a usar las plantas y
los animales para subsistir; de ellos obtenía alimentos, vestidos y fuego para
calentarse. Pero, a medida que las comunidades fueron creciendo, fueron
aumentando de igual modo las necesidades de alimentos, y, por consiguiente, la
utilización de la flora y la fauna se incrementó hasta niveles muy por encima
de las capacidades de regeneración de la naturaleza.
Por este motivo,
desaparecieron grandes mamíferos, que fueron exterminados por el hombre. Tal es
el caso de los mamuts y de otras especies de animales.
Actualmente, el
desarrollo de la sociedad atenta de igual forma contra las especies de animales
y vegetales, en aquellos países sometidos a la explotación desmedida de los
recursos naturales.
El desarrollo de la
agricultura hace que se incrementen las áreas de cultivo, en detrimento de las
áreas naturales, lo cual hace que desaparezca también un gran número de
especies de plantas. La fauna, que encuentra en estas áreas naturales su hábitat,
es decir, el lugar donde vive y se desarrolla una especie animal o vegetal, se
ve cada vez más amenazada al tener que buscar otras áreas donde satisfacer las
necesidades vitales.
El desarrollo de la
industria, que con sus desechos contamina el medio, afecta de igual forma el
medio natural y, por consiguiente, a los sistemas vivientes que en él habitan.
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